Apuntes de una rookie mom

Mamá de varones

En el nombre del padre

en 26 de junio de 2013

Esta mañana temprano leí este post de @angulita y automáticamente le envié el link por mail a @drmorgante.

Nunca habíamos hablado de paternidad con el Doc antes de que nazca Alvarito. Yo no tenía una idea preconcebida de lo que esperaba o no esperaba de él. Tampoco había meditado mucho sobre qué tipo de mamá iba a ser yo, a decir verdad.

Deliberadamente decidí no leer a ninguno de los supuestos gurúes que anda circulando por ahí, porque quería recorrer mi propio camino. Sí me fui armando de recursos sobre la marcha, pero siempre googleando términos de búsqueda muy específicos como «lactancia y trabajo» o ese tipo de cosas. Por ninguna razón en particular, simplemente por elección.

Y no es que hasta ese entonces hayamos estado cargándonos de expectativas sobre mater – paternidad, porque ya conté alguna vez que a mi supuesta infertilidad se sumaba nuestros no-deseos de ser padres, hasta el preciso día en que nos decidimos a buscar.

Quiero decir que el rol nos llegó. Sin que nos hayamos cargado (ni recargado) de grandes esperanzas.

Pero desde el mismísimo momento en que estábamos los tres en nuestra habitación del sanatorio me planteo y replanteo permanentemente si estoy conforme con mi rol de mamá, y con el rol de papá de Marian.

Y lo que más presente tengo es que no fui yo quien cambió el primer pañal (ni el segundo ni el décimo, a decir verdad), no era yo quien lo iba a buscar de noche a su cuarto cuando había que despertarlo porque le tocaba teta, ni soy yo (ni siquiera hoy) quien lo baña todas las noches antes de irse a dormir.

No estaba planeado, pero así se fueron dando las cosas. Probablemente el Doc sí lo tuviera planeado premeditadamente (podríamos preguntarle), pero a mí la imagen del cambio del primer pañal me tomó por sorpresa y a partir de ahí comencé a dejar que los espacios se fueran creando.

Debo confesar, obviamente, que estos roles me dieron la pauta de que yo no soy una mamá, sino que en realidad somos un equipo de mamá y papá. Lo dije varias veces: Marian no me ayuda a mí. Yo no tengo que pedirle nada a él. Ellos existen y se relacionan aunque yo no estuviera. No tengo que preocuparme porque si salen solos el niño va a estar mal vestido, o no va a comer bien, o no va a estar bien cuidado. El ejercicio más complejo que tengo que hacer conmigo misma es reconocer que su vínculo es de ellos y no tienen que explicarme nada.

Esta mañana íbamos los tres al jardín y en un momento Marian me dijo que «el otro día fuimos a esa plaza». ¡¿Cuándo?!, fue mi pregunta, e inmediatamente me mordí la lengua porque había notado una reacción desproporcionada de mi parte. Resulta que los señores salen solos incluso sin que yo me entere…

Está bueno que sigamos analizando el rol materno en los tiempos que corren, pero también estaría bueno que nos replanteemos qué hacemos, y qué más podemos hacer, para que pueda tener lugar un nuevo modelo de masculinidad que pueda estar asociado a la paternidad no necesariamente desde el rol de cazador – proveedor. Jamás se me ocurriría decir que «Marian es un genio porque me re ayuda», porque parecería que estoy reconociendo o convalidando que tiene la opción de no ocuparse de su hijo.

Hoy sí sé lo que espero de él… nada más ni nada menos que esto: que sea lo que es. No por mí. Por ellos tres.

2013-05-25 17.19.04


8 respuesta a «En el nombre del padre»

  1. BBsebusca dice:

    Espero un equipo complementado como este!
    A x ustedes!

  2. drmorgante dice:

    Muchas gracias Lü.
    La mayoría de las crónicas escritas (fundadas o no) en relación a este tema son malas críticas. Tengo contados registros de lecturas positivas.
    Creo que tanto el machismo como el feminismo absoluto son antagónicos a lo que yo entiendo por familia.
    La idea de grupo/equipo y repartición de roles en función de las cualidades/posibilidades de c/u que surgió espontáneamente (?) acá, a mi criterio, es clave.
    Deberíamos aportar lo que haga falta sin estar midiendo cuánto hizo el otro y saber que lo realmente importante es sacar adelante la formación del niño.
    Los VALORES se transmiten con acciones.
    Seguimos…

  3. Mery dice:

    Hola Lu! Leyendo tu post, me acordé de lo mismo ( por mi cesarea) quien le cambio los pañales a la pequeña S en los primeros días fue el papá. Como a mi me daba «cosita» también es el que le limpia el ombligo. Al día de hoy es quien la bañan y le seca el pelo. Cuando S me ve a mi con esa tarea; me dice hacelo suave como papa. A S le encanta fabricar collares, y pulseras y ella lo busca a su papa para que la ayude y es raro que me invite a mi a jugar. Eso si, como decis vos quizas por acostumbrarlo lo único que pide siempre es que yo sea quien la duerma… en fin. Cuando me pregunta si Fer me ayuda… mi contestación es: NO, el trabaja a la par mio … no se que hubiese hecho mis primeros días de maternidad sin él.

    • Rookie Mom dice:

      Es así, Mery. cuando hay un equipo donde cada uno tiene su rol, nadie le echa en cara cosas al otro porque estamos todos en el mismo barco. La cosa fluye mejor, y los niños saben qué pueden esperar de cada uno.
      Besote!

  4. Manuela (@Manuchitaww) dice:

    Me encantó este post! En nuestro caso es igual, Simón menos darle la teta, hace de todo, con amor y ganas, no como ayuda. Está bárbaro pensarse como un equipo! El tmb fue el que cambió el primer pañal y varios más. Lo único que yo siempre le dejo la ropa preparada para ir al jardín xq si no la viste como el culo jaja

  5. RemaLaMadre dice:

    Yo tampoco quise leer nada al respecto y preferí vivir mi propia aventura. Leyéndote me hiciste acordar que Pablo fue quién le cambió el pañal toda la primer semana y él también por ahí me cuenta que a Milo le gusta ir a tal lado…donde yo nunca fuí!! A lo mejor lo que me molesta por ahí es que mi hijo me elige para ciertas responsabilidades (tal vez yo las viva así) como dormirlo, darle la mamadera, cambiarle el pañal mientras que al padre lo echa. Pero cuando lo llama al papá para pasear, jugar, hacer fuego, me echa a mí, y yo veo esas cosas como disfrute. Pero a lo mejor es un recorte un poco egoista y desconsiderado, porque Pablo tb se siente desplazado cuando no le agarra la mamadera o cuando llora para que la mamá le cambie el pañal. Lo mejor es el equilibrio y se logra dialogando y cediendo espacios. Besotes!

    • Rookie Mom dice:

      Una de las cosas que yo tuve que aprender es a no «jerarquizar» qué cosas hace conmigo y qué cosas hace con el papá. Esa comparación necesariamente está cargada emocionalmente de miedos e inseguridades propias. No digo que sea tu caso, pero a mí me pasaba eso y un día me di cuenta. Tuve que aprender que el niño elige y está bueno que así sea.
      Besote, Maru

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