Apuntes de una rookie mom

Mamá de varones

Oops, I did it again

en 17 de marzo de 2014

Quien alguna vez haya tenido que lidiar con alergias alimenticias va a saber de qué vengo a hablar. Es una misión tediosa, y prácticamente imposible, reducir a cero al exposición a los alergenos.

Vivimos en un mundo industrializado. Es obvia la afirmación, pero no siempre tenemos conciencia de las implicancias.

Estamos todos involucrados muy activamente, no estoy sola en este tema. Toda la familia está pendiente de lo que puedo y lo que no puedo comer para que el pequeño G no quede expuesto a la proteína de la leche de vaca. En mi casa, en casa de los abuelos, todo el mundo está embarcado en la epopeya de que yo no coma nada que pueda afectarlo por su APLV.

Y sin embargo, cada tanto hay algún desliz. No es que me olvide y me coma un yogurth. Es que realmente el mundo es una enorme vaca lechera, y aun lo que no contiene leche puede haber sido elaborado en máquinas donde se hayan procesado lácteos.

Tengo opciones seguras. En horario de almuerzo voy a un fast food vegano, así que me siento muy confiada en que no voy a tener problemas. En casa casi nunca estoy expuesta, salvo que de algún producto impensado nos olvidemos de leer la etiqueta (puf!). El tema es ir a comer fuera de casa. Aunque sea en familia. Es muy difícil entender el concepto de trazas, por lo que aun cuando me juren y perjuren que no usaron manteca, queso, bla bla bla, siempre piso el palito. ¡Aun cuando me preparan comida especial!

Lo que me angustia sobremanera es que cada nuevo episodio es mil veces más violento que el anterior.

A través de la leche materna se recibe el 1/1000000 (es decir, una millonésima parte) de las sustancias que consume mamá, así que no puedo imaginarme lo que va a suceder cuando mi pequeño G comience a incorporar alimentos.

Por supuesto que  para él ya tengo vajilla exclusiva de toda exclusividad. Por supuesto que se supone que yo voy a tener control absoluto de lo que vaya a comer. Pero la verdad sea dicha: la cercanía de la etapa de la vida en que los bebitos comienzan a comer sólidos no me ilusiona. No quiero que llegue ese momento. No puedo soportar el monstruo de cuatro cabezas que nos acecha y que ya está a la vuelta de la esquina.

Ni Baby Lead Weaning, ni Carlos González, ni nada. Nada puede salvarme.

Así que mis estimad@s, por esta vez, en lo que se refiere al pequeño G, que el niño no me coma, por favor.

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3 respuesta a «Oops, I did it again»

  1. iluminadas dice:

    grosa grosa grosa!!!!! antes que nada felicitaciones por tamaño esfuerzo diario. y después es que sii conozco varios casos y todos se curaron al año y unos meses… beso enorme y tal cual decís paciencia y atención.
    beso! Bren

  2. Pufff vaya esfuerzo! Su intolerancia a la leche a esta proteina es para siempre? Tranquila, seguramente con toda esta experiencia y la familia colaborando lo vas a poder manejar….
    Besos y suerte

    • Rookie Mom dice:

      Hola, Flor. Lamentablemente no hablamos de una intolerancia sino de una alergia. En este caso el cuadro es mucho más severo. La buena noticia es que entre el 87 y el 90% de los chiquitos afectados por alergia a la proteína de la leche de vaca se curan entre el primero y segundo año de vida, cuando se estabiliza la flora intestinal y madura el sistema digestivo. Sólo espero que G esté dentro de este grupo.
      Mientras tanto, paciencia y a prestar mucha (más) atención.
      Besote!

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