Apuntes de una rookie mom

Mamá de varones

Prevenir en salud

en 8 de agosto de 2012

¿Cuándo debe ser la primera consulta odontológica? ¿A qué edad se cura la primera caries? ¿Cuándo hay que empezar a cepillarle los dientes al bebé? El nacimiento de Álvaro (hace ya más de 10 meses), el blog autorreferencial de Lü y otras preguntas más que me vinieron haciendo en este tiempo fueron los disparadores de este contenido.

En los casos en que una familia tiene la posibilidad de programar la llegada de un bebé, es preciso implementar algunas medidas de prevención en salud bucal. Cuando esta programación, por las razones que sea, no fue posible, nunca es tarde. Se debe comenzar cuanto antes con tareas de prevención, al menos aquellas que permita cada estadío del embarazo.

Además de tomar ácido fólico, Supradyn Pronatal y otros suplementos recomendados por el médico, se debe incluir una consulta odontológica.

Más allá de que en el segundo trimestre se puede concurrir al odontólogo, muchos tratamientos requieren de la utilización de fármacos (anestesia, antibióticos y antiinflamatorios), que es mejor evitar durante el embarazo y la lactancia (2 años es mucho tiempo como para dejarse estar).

La revolución hormonal que se dispara a nivel sistémico acarrea un agravamiento de los problemas periodontales (la famosa gingivitis/periodontits del embarazo, de la que me ocuparé en otro contenido futuro). SE IMPONE arrancar en salud.

En lo que respecta al bebé, la formación de las piezas dentarias temporarias (dientes de leche) y algunas de las permanentes comienza en la vida intrauterina del niño.

El esmalte dental (la capa externa de la corona dentaria) es más resistente a las caries cuando en su estructura cristalina tiene flúor. Los mencionados iones Flúor pueden ser incorporados en 3 períodos de la vida de un diente:

1-      Durante la formación misma del diente. Esta es la oportunidad de mayor incorporación. El mismo se distribuye uniformemente en toda la estructura del esmalte. El Flúor debe incorporarse en la dieta.

2-      Con el diente ya semiformado, sin erupcionar y dentro del saco. La pieza dentaria está sumergida en líquido (similar a un bebé en la placenta). Aquí se produce una topicación natural. La incorporación es de afuera hacia adentro. Aquí también el Flúor debe administrarse en la dieta.

3-      Con el diente ya erupcionado en la boca. En esta etapa la incorporación es limitada de afuera a adentro. El Flúor se administra a través de los dentífricos, colutorios y topicaciones.

El Flúor se incorpora principalmente del agua corriente (con la que nos bañamos, cocinamos y consumimos). Hay lugares donde el agua tiene Flúor naturalmente y otras donde el Estado, a través de la compañía proveedora, lo hace artificialmente. Lamentablemente, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las aguas NO están fluoradas, por lo que debemos darle Flúor a nuestros hijos como suplemento dietario (Fluordent, Tri-vi-Flúor son algunos de los productos comerciales disponibles en nuestro mercado).

En todos los casos se sugiere prescripción y vigilancia médica.

Como habrán notado, la prevención dental empieza antes de la erupción del primer diente. Más allá de una dieta balanceada que limite los momentos de ingesta de azúcar a 4 o menos, me parece importante contar que la historia de caries en la dentición primaria, en general, se repite en la definitiva. Es decir que la calidad en la supervivencia de TODAS las piezas dentarias es responsabilidad de los padres. Si logramos controlar las bocas de nuestros hijos cuando son chicos, tendremos gran parte del éxito asegurado.

Más allá de que la motricidad fina tarda en desarrollarse y de que hasta que ésta se complete, los padres son los que deben cepillarles los dientes a los hijos, los hábitos de higiene deben ser incorporados desde el nacimiento de la forma más natural posible. Es bueno que el niño vea a sus padres cepillándose los dientes a la mañana y a la noche y que incorpore a su rutina diaria el cepillado.

Las consultas al odontopediatra deben ser cada 6 meses a partir de los 18 meses de vida, aún en ausencia de lesiones. Es muy importante que los chicos se acostumbren a concurrir a la consulta dental y que la vivan con naturalidad.

Como la mayoría de los logros en esta vida, la llave está en nuestras manos y se llama constancia.


Una respuesta a «Prevenir en salud»

  1. […] ya escribí en alguna otra entrada, resulta que los padres somos los responsables exclusivos de que nuestros niños las padezcan en la […]

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