Apuntes de una rookie mom

Mamá de varones

Hoja de vida

recursos-humanos-en-la-empresaParece ser que la mater-paternidad profundiza nuestras habilidades profesionales. Honestamente no me cabían dudas. Toda epopeya que involucre lidiar con personas de nuestro interés nos enseña muchas cosas y resalta nuestras áreas de mejora y nuestras fortalezas. El punto es que parece que ahora quedó demostrado.

Una consultora en Chicago hizo una encuesta entre empleadores, comparando algunos temas relativos a mamás y papás trabajadores (acá el press release).

Algunos de los hallazgos no eran novedosos, lamentablemente. Es sabido que en proporción los varones tienden a ocupar puestos que requieren mayor seniority. Mucho camino hemos conquistado las mujeres profesionales, pero estamos lejos, a nivel mundial, de poder hablar de igualdad. Por supuesto que a los fines de la encuesta esto también se reflejó en los niveles de ingreso. Mucho hay dicho y escrito al respecto, así que no vale la pena profundizar acá, ya que no es el tema que me interesa analizar ahora.

Me interesa más ver temas relacionados con el equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Quienes trabajamos todo el día, tengamos o no hijos, en general tenemos muy presente el papel que ocupa la profesión en nuestras vidas. Para bien y para mal. Pero con hijos el desafío es aun mayor, ya que nuestros pequeños nos imponen la necesidad de redoblar el esfuerzo para alcanzar un equilibrio justo para todos.

Acá la primera conclusión también es super obvia: son más las mamás que dejan trabajos o abandonan profesiones cuando nacen su hijos, que papás. Ya lo sabemos. Algunas posturas feministas discuten esto, pero no es mi intención. Es un dato duro: se supone que la mujer tiende más a maternar que el varón a paternar. Después en casa, puertas adentro, cada pareja sabrá cómo negocia los roles.

En mi opinión personal, esta tendencia generalizada es justamente la que «baja el precio» de la mujer profesional en el mercado laboral. Es muy difícil explicar, cuando se está en edad fértil, cuál es la postura individual frente a la profesión, por lo que a nivel macro esto afecta nuestra empleabilidad.

Lo que sí me resultó interesante y novedoso, es que entre los empleadores encuestados dos tercios creían que la mater-paternidad califica como experiencia relevante en un puesto de trabajo. Obviamente, mencionan la Paciencia como la principal habilidad diferencial, y enumeran una lista de otras habilidades extra:

– Multi-tasking

– Manejo del tiempo

– Resolución de conflictos

– Solución de problemas

– Mentoreo

– Presupuesto y finanzas

– Negociación

– Administración de proyectos

Algo que al principio me llamó la atención, pero después yendo a revisar mi CV me di cuenta que es cierto, es que menos del 10% de los CV suelen mencionar estas habilidades.

¡A replantear los CVs!

 

 

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Adaptarse, que no es poco

2014-02-25 13.08.36La semana pasada Alvarito comenzó el jardín. Una semana antes que la mayoría de los colegios de CABA, porque el colegio tiene calendario propio. Este ya es el colegio al que aspiramos que vaya en jardín, primaria y secundaria, así que aunque no era nuestra primera experiencia de escolarización, ese día la ansiedad y la emoción igualmente se apoderaron de todos nosotros. Incluyendo a mi niño, que se aferró a un sapo de peluche al que nunca jamás le había dado bola hasta ese día.

A medida que fueron pasando los días la emoción fue dando paso a la desesperación. Todo el mes de marzo mi casa está al borde del colapso nervioso al ritmo de la adaptación. Los horarios son tremendos. De a intervalos muy pequeños, van aumentando muy lentamente hasta completar el horario definitivo recién el último día hábil del mes.

No somos los únicos papás que trabajamos todo el día, desde ya, así que hay mucha gente en nuestra misma situación haciendo malabares para cumplir con todas las obligaciones laborales y escolares.

Entiendo perfectamente la lógica y los fundamentos que sustentan la necesidad de contemplar períodos de adaptación en el nivel inicial, pero no por eso voy a dejar de decir lo complicado que se hace para mamás y papás que pretenden estar presentes en la vida de sus hijos.

A propósito, yo no puedo participar. Estoy recién reincorporada de mi licencia por maternidad, tratando de ponerme al día con todos los temas y retomando el ritmo de mi oficina. Además, sigo sosteniendo la lactancia materna exclusiva para el pequeño G, así que en mi casa hubo consenso para que yo me quede afuera del proceso. Es un alivio, de verdad que lo es. Pero honestamente un poco me entristece.

En fin, lo que importa es que Alvarito se está adaptando muy bien. No es nuevo para él ir al jardín, pero sí es nuevo el colegio, el grupo, y hasta el turno (le tocó turno tarde hasta sala de 4).

Ahora estamos reorganizándole la rutina de comida – baño – sueño para darle lugar a una siesta que todavía necesita. Lo bueno es que esto implica atrasarle los horarios, así que nos permite pasar más tiempo con él.

Lo veo cada día un poquito más grande y me agobia la conciencia de que el tiempo no para. Por momentos me causa un poco de ansiedad, y por momentos me dan ganas de pedirle que se quede como está. Que no crezca más. Que así como es ahora yo siempre voy a poder protegerlo, y tengo miedo de no poder cuidarlo mejor cuando vaya creciendo.

Ya lo dijo la sabiduría popular: «Hijo chico, problema chico. Hijo grande, problema grande».

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Vuelta al ruedo

Finalmente llegó el día. Mi licencia llegó a su fin. Hoy mi pequeño G cumple 3 meses y yo estoy retomando mis actividades.

Confieso sin un gramo de culpa que estoy muy contenta. Mi yo mamá es una, sólo una, de las facetas que me definen como persona. Mi profesión es otra. No menos ni más importante.

No siento culpa pero si me planteo y me replanteo cosas todo el tiempo. Esta vez dejar a dos chiquitos en casa requirió una logística mucho más compleja. Compaginar horarios, coordinar nannies, organizar actividades… Todo eso, sin mencionar la lactancia.

Estoy bien organizada, pero por supuesto van apareciendo contratiempos de todo tamaño y color que habrá que ir sorteando. Como el teléfono de casa mal colgado, por ejemplo. El teléfono es una de las principales obsesiones de las mamás que trabajan fuera de casa.

Dos cosas me hicieron ruido en las últimas semanas de la licencia.

La primera es que G tiene una personalidad mucho más «mami-céntrica». Alvarito es muy pegote de ambos, y al mismo tiempo es un nene que se adapta sin dificultad a nuestra ausencia. Después reclama por otro lado, y está en nosotros asumir el desafío de saber compensárselo. Pero veo en G que me exige mucho más. Que no le gusta estar con otras personas si yo no estoy, y que no le gusta quedarse solo. Así que me costó decidir si debía hacerle notar mis ausencias gradualmente desde unos días antes de terminar la licencia o aprovechar al máximo el tiempo hasta el último día. Hice un mix, y en estos días veremos si dio resultados.

La segunda tiene que ver con Alvarito. Él siempre supo que mamá trabaja mucho y que durante el día no está, y se puede decir que hasta ahora se había entregado pacíficamente a la situación. Pero siento que el hecho de haberme tenido full time por 3 meses siendo ya más consciente de la situación le hizo notar la diferencia, y estos días pensaba que es él el que más va a sufrir mi regreso. Quizás me equivoqué, pero no sé si se lo expliqué del todo bien. ¿Quién quiere decirle a un niño de 2 años desde el principio que estos buenos tiempos se le van a terminar? Dejé que la cosa fluya y que con pocas palabras de mi parte él se vaya dando cuenta. Recién los últimos días le expliqué, y él entendió. No sé si aceptó, pero sé que asumió.

En fin, la cuestión es que acá estoy, pacíficamente sentada en mi oficina cerca del fin del primer día. Estoy contenta. si mamá es feliz todos somos felices. Pero quiero prestar atención a las necesidades de esta etapa especial. Espero saber manejar bien la situación, y poder administrar bien mi nueva familia de 4.

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