Uno de los temas más complejos y plagados de ambigüedades en el mundo de la maternidad es la lactancia. Yo misma soy defensora a ultranza de la lactancia materna. Mis niños se alimentaron con lactancia materna exclusiva los primeros 6 meses de vida. Exclusiva significa exclusiva. Ningún otro alimento ni ninguna otra leche. Sólo las vitaminas y vacunas indicadas por el pediatra. Aun cuando empezó a comer a los 6 meses, Alvarito siguió con la lactancia materna hasta el año, y recién ahí incorporó leche envasada. G todavía ni siquiera acepta la comida así que seguimos con LME.
Pero es difícil. Es mucho esfuerzo sostener la lactancia. Es parte del combo, claro está. Pero siento que pesa tanto la presión sobre las mamás para hacer todo perfecto, poner la rueda a girar, y darles a nuestros hijos lo mejor, que no se habla de lo complejas que son ciertas cosas.
La lactancia tiene mucha prensa rosa. El año pasado me acuerdo de cuánto me indigné cuando salió la campaña de UNICEF con una bonita foto de Natalia Oreiro diciendo que su nene le dice «Mamá tetita» porque a los dos años aún amamantaba y se lo llevaban a los sets.
Así que la semana pasada me sorprendió gratamente la sinceridad de Paula Chaves. Primero la volvieron loca en el embarazo, llevándole la cuenta de la cantidad de kilos que subía, después la volvieron loca cuando nació su beba, con el ultimátum para recuperar su figura, y después tuvo que soportar estoicamente todas las presiones mediáticas para volver al ruedo.
Todo eso, queriendo sostener la lactancia materna. Es mucho. Sus declaraciones fueron contundentes: sentía que me quedaba sin leche, dijo. Mi cuerpo me comenzó a pasar factura, dijo también. Las declaraciones de Pampita fueron geniales también: hizo bien, no se puede, dijo.
Y es que realmente no se puede todo. Es agotador. Son agotadoras las carreras que muchas veces corremos contra nosotras mismas.
Así que estas líneas vienen a celebrar que Paula Chaves haya puesto en blanco sobre negro lo que nos pasa a todos los comunes mortales: todo no se puede.
Cada uno elige. Yo elijo la lactancia materna. Y no por eso dejo de decir que estoy agotada. Cansada. Los días se me hacen largos. Lo digo porque es necesario decirlo. Porque sigo sosteniendo que la lactancia materna es lo mejor para mis hijos. Porque vale la pena el esfuerzo.

(foto: http://www.tn.com.ar)