Apuntes de una rookie mom

Mamá de varones

Packing smart

2015-08-21 19.53.57-1Una vez más nos embarcamos en una travesía familiar. Una vez más, en road trip. Cada familia sabe qué cosas disfruta más, y a nosotros con este formato nos va muy bien. Pero a medida que vamos juntando experiencias vamos mejorando algunas cosas. Además, conforme los chicos van creciendo las necesidades son otras.

Nos fuimos de visita 2 semanas a Croacia, con algunas joyitas en el camino, como nuestro paso por la bella Italia y algunos puntos perdidos en el mapa que no quisimos dejar pasar.

Como nos fuimos al verano, con la ventaja de que la ropa ocupa menos espacio, me puse a investigar tips para optimizar el equipaje. Nuestra intención era llevar una sola valija chica para todos, y lo logramos.

Acá comparto lo que aprendí. Viajamos con 23 kilos para los 4, todo un logro siendo que el combo me incluía a mí.

  • Para mamá:
    • «Stick to one color story». Buscar básicos intercambiables, engamados para que puedan combinarse con facilidad. Dos pantalones largos, 1 short, 10 «partes de arriba» (incluye remeras, camisas y blusas). Elegí el blanco como tema, porque me encanta, porque me queda super bien, y porque justamente por esas dos razones tengo mil prendas para elegir en mi guardarropas.
    • Regla de oro: «Por las dudas» o «por si acaso» es un gran NO. Nada es imprescindible.
    • Calzado inteligente: uno para andar (¡me compré antes de irme unas zapas divinas!), uno un poco mejor (mocasines o algo así), y algo playero. Eso es todo. En el viaje, tanto de ida como de regreso, usar los que ocupen más espacio así liberamos valija.
    • Las cosas de cosmética y perfumería viajan en la cartera, siempre en envases pequeños (con la cantidad justa según los días).
    • Nunca olvidar los protectores solares para todos los miembros de la familia. Estos viajaron en un bolsillo que tiene la valija que llevamos, que es tan malo que no sirve para otra cosa.
    • Diario de viaje. Ya sin niños siempre hacíamos, pero ahora que el viaje no es sólo por los lugares, sino también por las vivencias y su manera de vivir tantas cosas nuevas.
  • Para papá:
    • A voluntad del susodicho. Nada de lo que él haga puede ser tan grave como lo que yo sería capaz de hacer.
  • Niños:
    • Privilegiar prendas de secado rápido (remeras livianas, mallas de buen material). Prever que las mallas hacen las veces de shorts, así que llevar una buena cantidad. Pocos pantalones largos (no más de 2 para cada uno, de los cuales uno es el que va puesto en el avión).
    • Crocs, que son todo terreno. Por muy feas que sean (¡que lo son!) para los niños son un must. Tuve que tragarme mi sentido estético y reconocer que las necesitamos. Sólo un par de zapatillas adicionales para cada uno y chau.
    • Para Alvarito: muchos calzoncillos.
    • Para Gerva: no vale la pena llevar los pañales desde casa. Llevamos para un par de días y luego se compran en destino.
    • En nuestro caso, como Gerva tiene intolerancia a la lactosa, tuvimos que equiparnos con la leche especial que ya sabemos que no le trae problemas. Es todo un rollo estar cargando tantas cajas, pero a medida que van pasando los días y el stock baja se va liberando espacio.
  • Accesorios: pocos. Toallas y lonas, las más livianas del mundo. Bolsa térmica y lunchera (ambas plegables de forma tal que van a la valija).
  • Como nos hospedábamos en departamentos, la vida doméstica iba a estar muy bien resuelta, así que muchas cosas se pueden obviar.
  • Lo que sí es super imprescindible es llevar adaptador de enchufes universal. Nosotros tenemos uno excelente que se compra en Mercado Libre por poca plata. Es super importante que tenga todas las opciones posibles de enchufe y que además tenga doble USB.
  • También es importante el cargador de auto con USB (nosotros no lo teníamos previsto pero nos compramos uno allá, en una estación de servicio). Ya compramos algunos para regalar, porque son una pegada.
  • La idea feliz: la aplicación HERE. Espectacular. Permite bajar mapas para moverse fuera de línea, lo cual para viajar por el extranjero está más que bien.
  • Un verdadero must: cargador de batería. Lo tenía como un pending atrasado y una tarde mi celular se quedó sin batería y el cargador del auto falló, así que llegar a destino fue carísimo porque tuvimos que usar otro celular que no tenía cargados los mapas para usar off line (ay, Marian…). Me compré allá uno super coqueto.
  • Carrito: reemplazamos el nuestro de viaje, de sólo 7 kilos, por uno más liviano todavía: ¡3 kilos! Una pegada, lo recomiendo. Ah, es crucial que tenga correa para colgar del hombro cuando está cerrado. Fue una de las llaves de la felicidad por muy pocos pesos (lo compramos usado en Mercado Libre).
  • Fundamental: NUNCA bajo ningún concepto, ahorrar en recursos para niños. Kits de arte, libros, autitos, juguetes. Todo vale. En lo posible llevarles algo nuevo para estrenar en el viaje, cosa de garantizarse que la emoción dure unos cuantos días. Ya contaré en otro post por qué no llevamos material infantil en la tablet, pero por ahora digo que no nos hizo falta. Cada uno sabe; yo me arriesgué y salió bien.

En esta oportunidad, más por prejuicio que por otra cosa, tuvimos en consideración que teníamos que cubrir algunos temas que no siempre solemos tener bien explorados: eventuales urgencias. En otro viaje me pasó haber necesitado cosas de farmacia sin tener la menor idea del nombre en el idioma de destino, así que como aprender croata, serbio y esloveno todavía está entre mis pendientes, en este caso lo que hice fue renovar el botiquín familiar que tenemos en casa (que por supuesto estaba lleno de cosas vencidas). Qué llevamos:

  • Ibuprofeno. Pediátrico y de adultos.
  • Antibiótico de amplio espectro. Pediátrico (nunca tomamos ni nosotros ni los chicos, pero por las dudas).
  • Sales de rehidratación oral.
  • Desinfectante.
  • Loción para picaduras de insectos.
  • Curitas.
  • Gasa y cinta adhesiva.
  • Paños de algodón.
  • Termómetro.
  • Solución fisiológica monodosis (varios pomitos).
  • Pomada antialérgica de amplio espectro.
  • Cabría llevar pomada para quemaduras, pero como yo soy alérgica y los chicos aún no están testeados nosotros no llevamos.
  • Todo en una cajita compartimentada que se venden en las casas de envases plásticos. Medidas: 20x20x4 (los frascos iban aparte, desde ya).

Un viejo truco argento es llevar la valija adentro de otra, cosa que siempre hacemos, por motivos harto conocidos. Que vestir a toda la familia contra temporada es un arte que nunca estará lo suficientemente explorado. En mi caso, como tengo una membresía con franquicia de equipaje, puedo arriesgarme sin demasiado temor. Caso contrario, están esas balanzas para pesar equipajes que no son nada caras.

 

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Una brújula y un bastón

Hace un tiempo me llegó un mail con una propuesta que me resultó super interesante. Yo justo estaba leyendo «Ser padres conscientes» (lo conté acá, ¿se acuerdan?), y de casualidad me invitaron a un taller de orientación a padres que a lo largo de 10 encuentros se proponía descular temas de la crianza y la educación, tales como la puesta de límites, los vínculos saludables, el apego seguro, la prevención de adicciones, y un montón de temas relacionados, justamente, con la crianza consciente.

Me dije que qué mejor oportunidad para afianzar el camino que vengo recorriendo en esto de la maternidad consciente, y como justo empezó en un formato que encajaba en mi agenda, allá fui.

Recién empiezo, la verdad, pero estoy encantada. Los conceptos que estoy incorporando me sirven mucho para llevar a mi vida, no porque otro lo diga sino porque son cosas en las que creo de verdad. Finalmente estoy encontrando el rumbo que quiero transitar para poder acompañar a mis hijos y ayudarlos a crecer sanamente.

El espacio terminó siendo algo bastante parecido a una terapia de grupo, lo cual superó mis expectativas porque ya no se trata de ir a escuchar, sino de poner el alma al servicio de mi superación como mamá.

Cuando me iba de casa, Alvarito me preguntó a dónde, y le contesté que iba a un taller. ¿Taller de qué?», me preguntó. Un taller que me puede ayudar a ser mejor mamá cada día, le dije.

«Ah, ¿como eso que me decís siempre de practicar, probar y hacer el esfuerzo?». Claro, mi amor, eso mismo.

Eso mismo.

Además del libro «Ser padres conscientes», del que ya hablé, recomiendo estos sitios. Realmente me cambió mucho la forma de acompañar a mis hijos comenzar a verlos a través de ellos mismos. Observarme y observarlos. Pensar en sus necesidades, en sus tiempos, en sus capacidades. Proyectarme como una compañera de vida, y no como una autoridad suprema.

http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20150623/abci-infancia-feliz-padres-201506221406.html

http://www.revistasomos.cl/2013/02/crianza-consciente-una-nueva-manera-de-ser-padres/

http://www.mamanido.org/2015/04/ser-madre-consciente-ser-padre-consciente/

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Dr. Google

Crédito imagen: Google

Crédito imagen: Google

Googlear: Acción de buscar a través del buscador de Google.

Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Se supone que uno no debería adoptar las «verdades universalmente aceptadas» a las que accede googleando, pero todos lo hacemos.

El problema es cuando lo hacemos en cuestiones referidas a salud. Y acá hago mi mea culpa. Ya es especialmente grave hacerlo con temas relativos a uno mismo u otro adulto, pero cuando googleamos cosas relativas a nuestros niños la cosa se torna super compleja.

Aproximadamente una vez por mes estoy taladrando a alguien de mi entorno (marido, hermanos, amigas, pediatras, psicólogas, etc.), en relación con el resultado de alguna búsqueda que hice en Google sobre temas de mis chicos.

Al principio no era tan grave, eran cuestiones más o menos inofensivas como el clásico «el nene no me come», o pros & cons de una u otra marca, pero a 4 años y medio de mi primer Evatest positivo ya tengo que decir que estoy mal de la cabeza. Tengo que dejar de construir frases con algo sobre mis hijos para que el Dr. Google me devuelva el diagnóstico más alarmante y grave del mundo. Tengo que dejar de hacerlo, no sólo por mí, sino por la mirada que vuelco en mis hijos después de estos «hallazgos».

Algo bueno es que mi entorno no está tan mal de la cabeza como yo, así que hasta ahora por suerte nunca conseguí «validación» al compartir mis «hallazgos». Pero lo importante no quita lo urgente: tengo que decirle adiós para siempre a Dr. Google.

Estoy segura que en la sala de espera de este médico no estoy sola; me encontré en muchas ocasiones con muchos de ustedes. Les dejo la inquietud.

 

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