Apuntes de una rookie mom

Mamá de varones

Nunca es tarde

en 24 de junio de 2015

2015-06-16 23.44.14El pequeño G tiene una lagrimita muy simpática en su mejilla derecha, que le da un halo de magia. Aunque realidad se trata de una (leve) obstrucción del lagrimal.

Esta mañana lo llevamos a nuestro oftalmólogo de confianza (absoluta), con la preocupación de habernos ocupado del tema después de cumplido el año, ya que se supone que antes de eso hubiera habido unas cuantas medidas que hubieran ayudado a desobstruir el lagrimal. «Hubiera»…

Además de bajarnos mucho la ansiedad (¡al fin uno!), algo que nos dijo es que tampoco es que hubiéramos logrado tanto. Tampoco es que habíamos perdido la oportunidad única de solucionar un problema vital. Tampoco es que nunca íbamos a recuperar el tiempo perdido.

Cuento esta anécdota porque justo en estos días tuve una revelación que para mí fue un antes y un después en mi relación con mis hijos: Nunca es tarde.

Para nada. Los hijos tienen la maravillosa capacidad de darnos una, dos, cien mil oportunidades de corregir nuestros errores y empezar a hacer las cosas bien. Asumiendo que tenemos las mejores intenciones, y suponiendo que nos tomamos el trabajo de replantearnos siempre nuestra forma de maternar (y de paternar), y que aceptamos el desafío de cuestionarnos permanentemente, siempre podemos aplicar cambios en favor de nuestros hijos.

Ellos van a notar la diferencia enseguida, y enseguida nos lo van a hacer notar. Y cuando digo enseguida, lo digo literalmente. Enseguida.

Este libro que estoy leyendo habla de cómo resignificar nuestra historia vital y nuestras cuestiones no resueltas para no trasladárselas a ellos, y para poder forjar con ellos un vínculo sano, libre de nuestro pasado. Lo que los autores llaman un relato coherente.

Me gusta más el título original: «Parenting from the Inside Out: How a Deeper Self-Understanding Can Help You Raise Children Who Thrive«.

Habla mucho del apego seguro, y da pautas para justamente poder brindar apego seguro a nuestros pequeños. Pero también explica que el apego seguro aun si no se tuvo de chico se puede lograr siendo adulto, transitando un camino de autocomprensión y coherencia sobre nosotros mismos.

Nunca leo este tipo de literatura, pero cuando lo compré estaba encarando un tema en particular sobre mí misma y me ayudó mucho a resignificarme y resignificarnos como familia.

Con el pequeño G puedo esperar todavía un par de meses antes de decidir si vamos a aplicar el procedimiento para desobstruir el lagrimal. Y con ambos niños siempre tenemos tiempo para desandar el camino andado y tomar otro rumbo.

A veces para dar un paso adelante primero hay que dar dos para atrás.

Anuncio publicitario

Una respuesta a «Nunca es tarde»

  1. […] resultó super interesante. Yo justo estaba leyendo “Ser padres conscientes” (lo conté acá, ¿se acuerdan?), y de casualidad me invitaron a un taller de orientación a padres que a lo largo […]

¿Qué opinás?

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: