Por estas fechas me encanta reflexionar sobre el año que se va. Es inevitable.
Este año las fiestas me toman en una situación muy particular. Estoy de licencia, disfrutando a mis dos pequeños, amamantando a uno, viendo crecer al otro, y atravesando la ola de calor. Soy feliz. Soy básicamente feliz. Dentro de poquitos días nos vamos de vacaciones, lo que nos va a venir super bien para consolidar el vínculo de esta nueva familia de cuatro.
Así que no creo que pueda agregar muchas más cosas relevantes. No tan relevantes como ésta, claro.
Como familia, este año que termina pudimos disfrutar algunos viajes, pudimos concretar el deseo de sumar un nuevo integrante al team, remodelamos nuestro hogar para darles a los niños un espacio sólo para ellos, emprendimos unas cuantas aventuras nuevas y reforzamos nuestra escala de valores propia y privada. Nada como algunos momentos de adversidad como para convalidar cuál es nuestro límite. Esa barrera inquebrantable que nos define tal cual somos, con nuestros defectos, virtudes, expectativas y decepciones.
Como mamá, me descubro, redescubro, me cuestiono y felicito cada día a toda hora. Cosas en las que creía, que hoy ya no están, que se esfuman por inútiles. Una lista enorme de «cosas que yo nunca» que «al final, sí». Giros radicales en mi forma de ver la maternidad… Este segundo embarazo me transformó en otra persona. No lo digo como cliché. Me preparé mejor, me conecté más, tuve mis espacios propios, mis momentos mágicos. Privaciones, también. Y algunos cuidados. Pero hoy soy otra mamá.
Más tranquila, con menos presión y sin tantas ganas de correr esta carrera contra mí misma. Metas cortas. Ya lo dijo el colega, en el largo plazo estamos todos muertos. Con ganas de corregir algunas cosas y con miedo de repetir otras. Más humana, reflexiva y paciente. Si tal cosa es posible. Y nuevamente con la certeza absolutamente de que el tiempo no vuelve más.
Mis hijos tienen alas, de mí depende que aprendan a desplegarlas. Si pudiera pedir un deseo, quisiera la capacidad y la paciencia para enseñarles a volar. Para que siempre vuelvan. Eso quiero para el 2014.
Claro que tendrás esa capacidad!!! Lo vas a hacer fenomenal seguro!!!