No sé qué mamá soy, pero sí sé que soy la que puedo ser. Y que soy la mejor mamá del mundo para mis hijos, porque soy SU mamá.
Algún día quisiera estar segura de haber hecho todo todo todo por que sean felices, íntegros, buenas personas. Espero poder decir que les di las mejores oportunidades, que hice todo cuanto estuvo a mi alcance para que puedan elegir, y para que puedan crecer libres y seguros de sí mismos.
Espero ese día haberles enseñado a respetar y hacerse respetar, a amar y dejarse amar, a querer y ser queribles.
Mis hijos no son mis hijos, como dice el poema. Espero dejarle al mundo personas maravillosas.
Eso pienso mientras espero que las horas, días o semanas que faltan para el nacimiento de mi segundo hijo sean con salud, felicidad, plenitud y sin sobresaltos.
Y que los años por venir estemos siempre juntos los cuatro. Como hoy. No mejor, no peor. Igual, más no necesito.
Simplemente precioso.