frenesí.
(Del lat. phrenēsis, y este del gr. tardío φρένησις).
1. m. Delirio furioso.
2. m. Violenta exaltación y perturbación del ánimo.
Muy de casualidad escuché hace poco que existe eso que denominan «Síndrome del nido«. No tenía idea de que ciertos comportamientos maníacos que tuve en mi primer embarazo, y que estoy teniendo también ahora, fueran normales, o cuando menos, habituales.
Parece que nos pasa a muchas.
Lavar la ropa del bebé, tener el bolso listo, la papelería y documentación en regla, el cuarto preparado, la casa impecable, comprar ropa de cama nueva para el cuarto de mamá y papá, hacer todos los trámites, tachar pendientes,.. «Incentivar» a papá para que tache sus propios pendientes.
El del papá es otro tema. Él no tiene los mismos impulsos maníacos que yo (¡por suerte!) así que intentar arrastrarlo a este ritmo frenético es una quimera irrealizable. Pero la cantidad de cosas que él tiene sin encaminar me genera una ansiedad terrible.
¡Uf! Es agotador. La ansiedad ya de por sí cansa, mucho. Si encima la combatimos con un esfuerzo físico adicional, es devastadora. ¡Pero qué linda es esta dosis extra de energías para poder ocuparme de los preparativos!
Desgraciadamente hay muchas cosas que tienen que hacerse sí o sí a su debido momento: la orden de internación no debe tramitarse hasta un mes antes de la fecha probable de parto porque tiene vencimiento; el análisis del estreptococo no tiene sentido con mucha anticipación; la ecografía de semana 38 sólo puede hacerse en la semana 38, la cama nueva sólo puedo vestirla cuando me la entreguen. En fin, una lista innumerable de cuestiones que si por mi fuera dejaría ya resueltos. Porque tengo al fantasía de que este nilño ya puede nacer de un momento a otro y no quiero que me agarre con nada inconcluso.
Ah, y además ahora mi bebé y yo estamos acompañados todo el día: llegaron las famosas contracciones Braxton Hicks.
El cuadro es pintoresco: una loca maníaca poniendo la casa patas para arriba y soportando esporádicamente las contracciones «de prueba».
Ahora que lo pienso, yo creo que esta conducta debe ser una respuesta natural del organismo para canalizar tanto impulso disparado por la ansiedad.
Una hora antes de internarme me puse a limpiar los azulejos del baño y acomodar armarios. Paraba, anotaba cada cuanto la contracción y seguía. Estamos todas locas. Pero los niños llegaran a hogares limpitos no? 🙂
¡jajajajaja me muero, pago por las imágenes!