Hijo único (por ahora). Unos papás devotos. Unas niñeras amorosas. Toneladas y toneladas de juguetes. Próximo a verse obligado a compartir su principado.
Las desventuras de un futuro ex hijo único, devenido hermano mayor y primo del medio.
Alvarito odia compartir. Odia que le saquen lo que está usando, detesta que le usen sus cosas, y, como si fuera poco, acapara las cosas cuando siente la amenaza de que alguien venga a quitárselas. Si para colmo del otro lado se encuentra con uno de esos personajes nefastos que deliberadamente le quitan lo que está usando para molestarlo, arde Troya. Lo que me resulta gracioso es que es tan posesivo que muchas veces no sabe distinguir entre lo que es suyo y lo que no. Si lo tiene él, es de él, y lo defiende.
Intento no meterme demasiado en la convivencia (o no convivencia) entre niños cuando hablamos de parámetros normales, pero desde hace poquitos días que vengo notando que mi niño ya comenzó a defenderse. No me voy a hacer la Carmelita Descalza. Admito que me causa tranquilidad y hasta placer ver que mi nene finalmente se haya cansado de ciertas actitudes del entorno y haya empezado a hacerse respetar. Eso, internamente. Para con él, definitivamente no puedo dejar pasar si se le va la mano y su empujón es demasiado fuerte o el tirón es demasiado exagerado.
Así que últimamente me siento obligada a prestar mucha atención, porque noto que en su estrategia defensiva a Alvarito por momentos puede estar sobrereaccionando. Lo corrijo, le explico la diferencia, le muestro lo que no debe hacerse. Pero, sinceramente, no me rasgo las vestiduras diciéndole que está mal lo que hace, porque no es del todo cierto, sino que trato de remarcar la diferencia entre defenderse y actuar mal. Si te tenés que defender, está bien que lo hagas, pero no empujando, ni pegando. Si te quitan algo, recuperalo, pero sin agredir.
Es muy sutil la diferencia para un nene tan chiquito, pero esa diferencia se aprende en casa y desde ahora.
Mientras tanto, honestamente, siento alivio. Alivio porque ya estoy viendo que mi nene no se deja atropellar.
Y también siento un poco de penita, porque me doy cuenta de lo difícil que le va a resultar compartir el principado.
Q fácil es todo ahora, con hija de cinco meses!
Ya lo dijeron las abuelas: hijo chico, problema chico; hijo grande, problema grande.
Mentira, no creo en eso. Cada etapa tiene sus complejidades, no?
Es lógico y está bueno que te sientas orgullosa de que se haga respetar. Siempre son difíciles los equilibrios…
El otro día fui a la casa de una amiga que tiene un nene de casi 2 años y le pegó dos veces a P., claramente de celos. En otro momento yo hubiese criticado el poco reto que recibió, pero lo veía ahí, hijo único, teniendo que compartir todos sus juguetes con un bb al que no invitó, y pensaba cómo será P. a los 23 meses, cómo seré yo para ponerle límites, enseñarle a compartir, etc. Ojalá encuentre un punto medio (ni retarlo mucho ni dejarle pasar cualquier cosa).
Me vas adelantando los problemas que se vienen, jaja.
Besotes!
Cin, tené en cuenta que yo venía de esta preocupación: https://apuntesdeunarookiemom.com/2013/05/13/cultivo-una-rosa-blanca/
No sé si no habiendo pasado esto me hubiera puesto tan ¿contenta?
Besote!
Ay! El enseñar a compartir sin agredir es de las cosas más difíciles que me toca hacer. Que aprendan el poder jugar juntos. El mayor es un santo (ahora en sus 5 años) que le da todo lo que tiene a su tirano hermano menor. Ahora me doy cuenta que es un fase, que si lo vas andamiando bien, todo llega a buen puerto. Felipe era terrible con sus cosas, hijo único, igual que Alvarito. A los dos se encontró con un hermano que mucho no sabía que venía a hacer a la familia. Y ahora es capaz, lo hace de hecho, de desprenderse de lo que tiene para compartirlo, con su hermano, con un amigo, hasta con un desconocido: el otro día íbamos por la calle y un nene lloraba porque se le había caído el chupetín, el de dió los caramelos que tenia. Yo morí de amor. Son estas pequeñas cosas que te marcan que estás por el camino correcto.
En mi caso hay un agravante: la mamá de mi hijo nada puede enseñarle sobre compartir, no sólo porque no sabe sino porque no le gusta. Pero bueno, la idea es que el nene no ande por la vida cual inadaptado, no?
Qué lindo cambio que hizo el tuyo. Recemos por el mío 😉
Besote!
Me encantó este post. Pensé muchas veces cómo será para Milo relacionarse con sus pares siendo único, pero la verdad que me ha sorprendido. También a veces quisiera que se defienda, porque ahora no quiere ir al jardín porque «nena pum» dice. Y la maestra dice que él no sabe pelear. Igual, con hermanos o no, siempre depende de las enseñanzas de los padres creo.
Este post es la continuación de éste: https://apuntesdeunarookiemom.com/2013/05/13/cultivo-una-rosa-blanca/
Mi gran preocupación desde hace un tiempo es cómo lograr que el niño no sea agredido pero que tampoco sea un agresor.
Todo un tema.
Besote!