Apuntes de una rookie mom

Mamá de varones

Parole, parole

en 11 de marzo de 2013

Uno de los recuerdos más entrañables que tengo de los primeros días de vida de Alvarito está formado por los momentos que pasábamos los dos solitos, conociéndonos y reconociéndonos. Recuerdo que nos mirábamos, y tratábamos de impregnar nuestras retinas de ese otro yo.

Una de las cosas que yo hacía era pronunciar una y otra vez su nombre. Hasta el día que nació, la palabra «Álvaro» aludía a  una entidad, un ser, algo por venir. Hasta que de pronto Álvaro era una personita que me miraba con sus dos grandes ojazos y esperaba todo de mí. De pronto ese bichito de luz ya estaba conmigo, me miraba, me pedía que no le falle, y que nunca deje de darle todo mi amor.

También necesitaba resignificar el hecho de que ese pequeño ser tan vulnerable era mi hijo.

Yo decía su nombre en todas sus formas… Álvaro, Alvarito, Alvaritotito, AlVaricoque. De hecho de ahí viene una forma de llamarlo que sólo es para nosotros tres. Coque. Coquito.

A partir de ahí me di cuenta de la potencia que tenía mi voz para él. Comencé a hablarle. Mucho. Todo el día. Todo el tiempo. Le hablo como un nene grande, le explico cosas que por supuesto no entiende, le cuento todo. Le leo, en español, en inglés, en francés. Le canto… Cada vez que se da cuenta de que estoy por comenzar con ésa, SU canción, aunque ya esté a punto de dormirse la sonrisa más preciosa se dibuja en su carita.

Algún día me va a poder devolver con palabras mis palabras. No desespero, porque sé que ahí están, esperando tomar forma.

Y ahora resulta que el pediatra lo pasó por una tabla estadística y calculó que por estos días ya tendría que decir 3 palabras: mamá, agua y caca.

Mi formación es eminentemente cuantitativa, pero sinceramente me pareció extraordinariamente ridículo tamizar el desarrollo de mi niño en una distribución normal y pretender que se acerque a la media. También advertí, con todo lo que eso implica, que de eso se trata la cosa en general: veamos qué tan cerca o lejos estás de la media.

No me preocupa en absoluto el grado de desarrollo y maduración de mi hijo. Lo veo bárbaro. Está donde tiene que estar y hace las cosas que tiene que hacer. Pero confieso que me sentí tentada a ver qué tal eran sus compañeritos del kinder: ¡y están todos en la misma!

De pronto me indigné, me sentí culpable, y juré íntimamente nunca más volver a comparar a mi hijo con los demás.

En su desesperación por comprender (entender, alcanzar, penetrar), noto que en muchos rubros la Pediatría sólo ha logrado aprehender (coger, asir, prender).

Personalmente, me quedo como enseñanza con el hecho de que mi hijo expresa su personalidad en todo su esplendor, utilizando miles de recursos. Que justo no sean los que indican los libros de Pediatría será un problema de los pediatras.

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8 respuesta a «Parole, parole»

  1. mamá, agua y caca? maravilloso el pediatra. mirá, conozco por acá a alvarito y sé que es un sol, que personalidad le sobra, que amor no le falta. el resto es eso: resto. los quiero.

  2. Me imaginé en esos primeros días con mi futuro bebé y se me llenaron los ojos de lágrimas. Justo ayer hablando con Novio decíamos eso, que nos cuesta personificarlo y hacerlo «real». Es como una entidad que está pero no se ve. Con lo otro… qué decirte, ya sola te respondiste en el post. A veces los pediatras son de terror, pero imagino que si lo eligieron es porque confían en él. A veces no se dan cuenta, a veces pueden pifiarla. Beso! 🙂

    • Rookie Mom dice:

      Es una etapa única, disfrutala.
      Uno elige el pediatra de acuerdo a cómo concibe la crianza, el enfoque en salud y en enfermedad, y las formas de pensar ciertos temas clave. Pero no se puede coincidir 100% con una sola persona (como en todo los órdenes de la vida).
      El desafío es saber filtrar, y no sobreactuar todo lo que se dice y hace en el consultorio. Cada uno sabe. Si yo quisiera que mi nene fuera avanzado en todo, me estaría vlviendo loca, pero como no es taaan así (jajaja) puedo poner freno a tiempo y darme cuenta de este tipo de cosas.
      Besote!

  3. Ale dice:

    Cada ser humano es único!!!! A disfrutarlo es tu hijo, tuyo!

  4. Paula dice:

    Medio bestia el pediatra. Los médicos deberían tener más cuidado con las cosas que dicen. Otra mujer menos sensata le pide un turno con un neurológo al chico.
    Qué decirte… lo que te dijo el pediatra es una pavada. Cada chico hace lo que hace cuando está listo y en base a su personalidad. Más tarde o más temprano todos los chicos aprenden a caminar, a hablar. dejan los pañales, etc.
    Pregunta: Y papá cuándo corresponda que diga un chico??? Caca como tercera palabra??? Evidentemente ese pediatra no tiene mucha idea (pobre lo maté).
    Otro dato: una psicopedagoga una vez me dijo que los varones desarrollan más temprano lo motriz y las niñas más rápido el lenguaje.
    Besos

    • Rookie Mom dice:

      No digo que esté mal comprobar cada tanto si el niño tiene un nivel de maduración más o menos acorde a su edad. Pero de ahí a contar la cantidad de palabras que debería decir encuentro algo ridículo. El tema es que el nene tiene 1 año y medio, y el tema de las palabras es la «preocupación» de la visita al pediatra. Me parece un planteo exagerado.
      Distinta sería mi reacción si se tratara de un nene de 4 años.
      Besote!

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