Hasta hoy solía ser muy crítica cuando me contaban la cantidad de actividades que hay en los colegios involucrando a mamás y/o papás. Por mucho amor que tengamos por nuestros hijos, y por muy presentes que seamos ambos en su día a día, la realidad es que muchos de nosotros no disponemos de tanta amplitud de agenda y disponibilidad de tiempo para estas actividades.
Mi mamá siempre trabajó, así que cuando yo era chica estaba más que acostumbrada a que para ella era imposible participar. En particular yo nunca lo viví como algo especialmente triste ni abandónico ni nada. Pero convengamos que lo natural es que sí, es medio abandónico que tu mamá no pueda estar y que los demás nenes estén con las suyas.
Hoy fue el desayuno del Día de la Madre en el kinder, así que pensando en estas cosas me puse ya por diezmilésima vez mi traje de holograma para estar en todos lados, incluyendo el famoso desayuno.
Tenía bajas expectativas… Soy antipática y tengo poca fe en general en mis pares (siempre tiendo a sentirme un bicho raro que no tiene nada en común con nadie), pero debo decir que el eventillo estuvo muy bien. Cálido y ameno.
Lo primero que me impresionó fue que cuando yo podía ver a Alvarito sin que él me viera entrar, me dejó estupefacta ver otro nene en su cuerpo. Fue impresionante cómo el niño estaba entre sus pares y sus maestras casi perfectamente integrado, a pesar de que por lejos es el más pequeñín. Pero el segundo impacto fue esto que comentaba antes: cuando comenzó a ver que estaban entrando a la salita las mamás de los demás, al no verme (fui la última en entrar) la carita se le empezaba a transformar. No les puedo describir el alivio que vi en sus ojazos cuando me vio acercarme. Alivio, sí. Mucho más que alegría percibí alivio.
Lo tercero que, para mi propio alivio, pude percibir, es que todas las demás mamás son como yo: ni mejores ni peores. Todas estábamos apuradas, haciendo malabares imposibles para llegar a donde tuviéramos que llegar, y con la misma ansiedad para estar presentes ese día para nuestros niños. Y los demás niños también se ponían mal cuando nos tocaba irnos.
Esta certeza de que estamos todos en el mismo barco me llenó de paz. Hoy siento paz.
«All animals are equal, but some animals are more equal than others» (George Orwell, Animal Farm).
Apuntes de una rookie mom 
[…] en el kinder ya estoy recibiendo mi diploma de madre. Primero con el desayuno del Día de la Madre (¿se acuerdan?). Hoy toca […]
Parece que Álvaro tiene buena letra (como el papá).
😉