Las vacaciones son uno de los mejores inventos de la humanidad. No escribo en este blog para decir cosas que todo el mundo sabe, así que dejenme seguir.
Para los que somos workaholic como yo y otros tantos, las vacaciones son una excelente manera de seguir ocupándonos de nuestros asuntos, pero con un ritmo infinitamente menor. Esto permite tomar decisiones más meditadas, aunque obviamente nos hace dejar demasiados temas pendientes para nuestro regreso.
Ahorita estoy parada en un torbellino de temas que, confieso, me están llevando puesta, y nada de esto sería nuevo, ni grave, si no fuera porque esta vez hay una personita más en la que pensar.
Me mata la culpa que desde que volvimos de nuestro viaje estoy embarcada en cruzadas interminables, e infinitas carreras contra el tiempo para: poner al día mi (pesada) agenda; tachar pendientes de la lista; cubrir la diaria para que no se atrase; y, como si fuera poco, atender las urgencias.
¿Y Alvarito?
Por supuesto que le doy todo de mí, y por supuesto que está primero en mi lista de prioridades, pero esta semana esta transición no se nos está haciendo para nada fácil. Está hiper sensible, y yo haciendo esfuerzos sobrehumanos estoy exhausta. No sólo estuvimos durante 15 días los 3 juntos 7×24, sino que ahora estoy fuera de casa más tiempo que antes de irnos. Malísimo. Va a terminar no queriendo salir de vacaciones nunca más.
Me angustia y me estresa. Supongo que desde que las mamás salimos de casa debe haber muchas, muchísimas, que han lidiado con este problema. Acepto consejos, obvio. Soy toda oídos / ojos.
Por lo pronto, voy a confesar lo inconfensable. Yo, la principal usuaria en la lengua castellana de la palabra «jamás», la que se jactaba de que Alvarito durmió en su cuna (que está en su cuarto) desde el día en que nos dieron el alta del Sanatorio, ahora lo tengo durmiendo en mi cama todas las noches desde las 4 AM aproxpara que no se angustie tanto. El pediatra nos lo había advertido (casi a modo de amenaza). La verdad es que sé que no está bien, pero no lo puedo evitar (ojo acá porque estoy hablando de mis propios parámetros, sin juzgar a nadie).
Acá me tienen, esperando que vuelva todo a la normalidad.
Mmmm. Me dejaste pensando. Se me ocurre…primero que no hay cosas que estén bien o mal, sencillamente uno va dando lo mejor de sí y va aprendiendo. hace bastante tiempo titulé un post con las siguientes palabras: «hacer, deshacer, rehacer, crecer». De eso se trata, no solo Alvarito crece aunque…
En mi experiencia como mamá multitasking ( me pregunto si existe alguna que no lo sea ) las vivencias han sido y siguen siendo…muy contradictorias, muy a menudo me ha pasado estar en la oficina lamentando no estar con los chicos y…no voy a ocultarlo, también en sentido opuesto. Es así. Contradicción pura. También autenticidad.
Lü, no te preocupes, Alvarito siempre adorará las vacaciones en familia y … esos mimos que, aunque desaconsejados hacen las delicias de toda la familia (cuando dejen de serlo, seguramente reencauzarán rutinas y listo!)
Lindo post!
Diste en la tecla, Ale. No me imagino sin mi puesto, y sin administrar mi pequeña empresa. Yo elijo (gracias a Dios). Pero reconocer estos momentos de debilidad, y analizarlos, ayuda a salir mejor parada.
Con esta plena conciencia, podemos relajar un poco tanta estructura y exigencias y darnos momentos como estos.
Voy aprendiendo a dejar de usar palabras como «jamás», «rotundo» y «absolutamente».
¡Mil gracias por tus palabras!
Cariños, Lü